Mi COMPROMISO - MaríaJosé Barros

"Enseño la Capacidad de la Conciencia, inspirándome en lá fusión de mi propia formación, en todo lo que aprendí a través de las personas que me entregaron conocimiento y en lo adquirido GRACIAS a la experimentación de mis propias vivencias, a lo largo de mi Recorrido Personal; pues a la Vida yo le debo, Enseñar a quien desee Crecer, en estos momentos tan complicados"

martes, 10 de abril de 2012

RUMÍ, el Místico del Amor

Si quieres beneficios, no huyas de tus clientes.
Si quieres la luna, no te escondas de la noche.
Si quieres una rosa, no huyas de las espinas.
Si quieres Amor, no te escondas de tí mismo.



En el año 2007 se cumplieron 800 años del nacimiento de Jalalud-Din Rumi (1207-1273), el mayor de los místicos islámicos, un extraordinario poeta del amor. Nació en Afganistán, pasó por Irán y vivió y murió en Konia, Turquía. Era un erudito profesor de teología, celoso en sus ejercicios espirituales. Todo cambió en su vida cuando se encontró con la figura misteriosa y fascinante del monje errante Shams de Tabriz. Como se dice en la tradición sufí, fue «un encuentro entre dos océanos». Ese maestro misterioso inició a Rumí en la experiencia mística del amor. Su agradecimiento fue tan grande que le dedicó todo un libro de 3.239 versos, el Divan de Shams de Tabriz. «Divan» significa colección de poemas.

La efusión del amor en Rumí es tan avasalladora que lo abraza todo: el universo, la naturaleza, las personas y sobre todo a Dios. En el fondo se trata del único movimiento de amor, que no conoce divisiones, sino que enlaza todas las cosas en una unidad última y radical tan bien expresada en el poema Yo soy Tú: «Tú, que conoces a Jalar ud-Din (nombre de Rumí), Tú , el Uno en todo, di quién soy. Di: soy Tú». O aquel otro: «De mí no queda sino el nombre; todo el resto es Él».

Esa experiencia de unión amorosa fue tan inspiradora que hizo que Rumí produjese una obra de 40 mil versos. Famosos son el Masnavi (poemas de cuño reflexivo-teológico), el Rubal-yat (canción de amor a Dios) y el ya citado Divan de Tabriz.

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